El desarrollo tecnológico provocará, en muchos casos y en un periodo corto de tiempo, una reorientación laboral, los profesionales de hoy en día tienen el desafío de adquirir las habilidades digitales necesarias con el fin de ser capaces de adaptarse y desenvolverse en el entorno digital en el que vivimos. Es por esto por lo que resulta necesario encontrar respuestas globales e integrales que aseguren el acceso y la adquisición de esta competencia de una forma generalizada en nuestra sociedad. De entre ellas, la incorporación de una mayor velocidad en el acceso a la red, gracias al abaratamiento de la banda ancha, ha provocado que nuestro país sea mucho más competitivo algunos de nuestros vecinos europeos.
En el aspecto escolar: La educación, aunque no ha sido la única, representa uno de los pilares fundamentales para la adquisición de éstas competencias y habilidades digitales. De esta forma, entre los múltiples beneficios que ha aportado, la adquisición de habilidades digitales ha favorecido a:
- Un cambio del proceso de enseñanza.
- Una nueva manera de relacionarse entre los alumnos, además de con el profesor.
Actualmente la sociedad y la economía atraviesan un período de transformación en el cual ciertas competencias se han tornado fundamentales para que los trabajadores se inserten en el sistema productivo, y las empresas se mantengan competitivas. Desde la perspectiva del mercado de trabajo la “alfabetización digital” es hoy tan relevante como la alfabetización en lenguaje y el desarrollo de las matemáticas: todas necesarias para lograr empleo decente y aprovechar las oportunidades que economía y sociedad crecientemente digital ofrece en términos de desarrollo personal e integración.
Las competencias digitales son aquellas que permiten a las personas utilizar tecnología para diversos propósitos como trabajar, aprender, comprar, informarse, entretenerse y participar en sociedad. Básicamente se vinculan con casi todos los aspectos del trabajo y la vida, y permiten a los individuos mejorar sus condiciones de empleabilidad, productividad, creatividad y su capacidad de resiliencia para responder a los sucesivos cambios tecnológicos del futuro. De hecho, las competencias digitales que se requieren hoy, son diferentes a las exigidas hace 5 años; lo que deja en evidencia la necesidad de desarrollar competencias digitales básicas pero, a su vez, competencias para actualizar continuamente en aprendizajes a lo largo de la vida.
En la práctica, las habilidades digitales a las que nos referimos son indivisibles y están concatenadas, pero a los efectos de generar definiciones amplias que permitan la discusión en el ámbito de las políticas públicas; es posible distinguir 3 niveles, según la clasificación realizada por la Unión Internacional de Telecomunicaciones:
Nivel básico: está compuesto por aquellas habilidades fundacionales que permiten realizar tareas básicas como usar un teclado o una pantalla táctil, operar software como procesadores de texto, administrar archivos, enviar mails, completar formularios y buscar en la web.
Nivel intermedio: las habilidades intermedias nos permiten utilizar con más provecho las tecnologías digitales para crear contenido, trabajar en procesos más automatizados o evaluar tecnología. Si bien estas competencias son genéricas, permiten a las personas cubrir una amplia cantidad de tareas necesarias para ejercer ciudadanía y desarrollarse en el trabajo. La gran característica de este nivel es que las habilidades requeridas se expanden continuamente, por lo que nuevas competencias están permeando al nivel intermedio como la capacidad de analizar, producir, interpretar y visualizar grandes cantidades de datos. A su vez algunas de estas competencias son cualitativamente diferentes y entran dentro de aquellas cada vez más requeridas para la empleabilidad.
Nivel avanzado: generalmente abarca las habilidades necesarias para puestos de trabajo en el sector TI o fuertemente vinculados a ellos como el diseño gráfico, desarrollo de multimedia, análisis de datos, etc. Se estima que la demanda global por este tipo de trabajadores se acelerará aún más en los años siguientes, debido a la inminencia de fenómenos como la inteligencia artificial, el big data, coding y el internet de las cosas. Estos conocimientos se adquieren normalmente a través de la educación formal avanzada, aunque existen otras opciones viables de formación como los campamentos de iniciación a la codificación. En este terreno las Instituciones de Formación Profesional (IFP) de la región han venido incrementando su oferta en forma sistemática, aunque más fuertemente en formación continua que titulada.
Desde la perspectiva de la formación profesional se abren dos desafíos clave: por una parte, elaborar una oferta formativa que atienda al desarrollo de competencias digitales en todos los niveles de cualificación ya que la tendencia de futuro es que todas las ocupaciones requerirán en forma progresiva de estas habilidades. En segundo lugar, la propia evolución digital de la IFP requiere un proceso de formación continua de sus cuadros gerenciales, administrativos y docentes.